A la Roma le vuelve a tocar soñar con una remontada para seguir su aventura en la Europa League. Como contra el Salzburgo, los giallorossi cayeron en su visita al Feyenoord y necesitarán ganar con dos goles de ventaja para clasificarse a las semifinales. Un resultado inmerecido y desafortunado para el conjunto de Mou, que además debe preocuparse por las condiciones de Dybala.
El argentino fue la primera mala noticia de la tarde para los romanos. Tras apenas 26 minutos, tuvo que dejar el campo entre lágrimas por un problema muscular. Poco después, una mano de Wieffer le regaló a Pellegrini, lanzador a falta de la Joya, la mejor oportunidad para abrir la lata. Desde los 11 metros, no obstante, el italiano golpeó el poste. Y la tarde negra de la Roma continuó.
El equipo de Slot fue mejor en el comienzo de la segunda parte y aprovechó ese momento para romper el partido con el mismo Wieffer, que golpeó al primer toque a pase de Idrissi y anotó el 1-0. Mou, que perdió por lesión también a Abraham (sustituido por Belotti), vio a los suyos volver a crecer en el tramo final y rozar el empate con Ibáñez, que golpeó el larguero con un cabezazo que, después, fue sacado de la línea de gol por Idrissi. Wijnaldum, con un gran disparo desde la frontal, estuvo a punto de anotar un clásico gol del ex, pero su intento fue la última emoción de un partido sin suerte para los romanisti. Mourinho necesita una hazaña en su estadio. No sería la primera.
