Redacción – Niko Kalinic se ha estrenado como goleador en la Liga con el primer tanto en la victoria del Atlético de Madrid por 3-0 sobre Alavés. Antoine Griezmann y Rodrigo completaron la goleada en un triunfo de suma importancia ante un sorpresivo rival directo por los puestos altos de la tabla y que lo coloca momentáneamente en el segundo puesto de la clasificación.
También le dio algo de confianza en los meses por venir en que Diego Simeone no podrá contar con Diego Costa, convaleciente de una operación en un pie que lo mantendrá fuera de los terrenos de juego hasta mediados de febrero, en el mejor de los casos.
Lo hizo de panzazo, literalmente. Llevaba ya un buen rato buscando abrirse el camino – y lo más importante para el Atlético, abrirle camino al hombre que a falta de veteranos portó el gafete, Antoine Griezmann – cuando un centro de Arias desde la banda izquierda lo encontró en el área para rematar. Kalinic no tuvo tiempo de acomodarse y remató, casi por reflejo, con el estómago.
Simeone estalló de alegría y corrió hasta donde pudo en el área técnica para celebrar con él.
Necesitaba que su jugador se asentara, pero también que acabara con la presión, externa e interna, de encontrar una solución a la ausencia de Diego Costa.
Tomó poco tiempo para que el croata floreciera. En pleno proceso de ‘adaptación’ a un equipo tan formado y mecanizado como exigente, y en que no había encontrado muchos huecos teniendo al delantero de la selección española por delante. La de este sábado fue apenas su tercera titularidad en el torneo local. El atacante solo había disputado 486 minutos repartidos en 11 encuentros. Y aún está por completar los 90 minutos en un torneo que no sea el de Copa del Rey.
Fue ahí donde se estrenó como goleador con la camiseta rojiblanca, hace apenas cuatro días en la goleada por 4-0 sobre el Sant Andreu de la tercera división. Su participación había dado algo de esperanza, pues era la única opción viable que le quedaba al Cholo para cargar con la responsabilidad en los partidos grandes. Gelson ha quedado a deber y sus apariciones son cada vez más esporádicas y a Borja Garcés le faltan muchas horas de vuelo. Con su segundo gol en menos de tres días, dio seguridad.
El croata, que había sido amonestado apenas arrancar el encuentro, abandonó la cancha antes de cumplirse una hora para dejar su puesto a Vitolo. Pero el Atlético ya jugaba cómodamente conforme a su estilo, cediéndole el balón al Alavés pero sin dejarle mucho espacio. El resto lo resolvieron, como siempre, Griezmann y Oblak. El esloveno parando los escasos intentos del rival, Griezmann con el toque mágico de la tarde, cuando a menos de diez minutos del final emprendió una galopada al contraataque de extremo a extremo de la cancha ganándole a los otros 20 en la carrera para regatear a Pacheco y disparar a puerta vacía. El balón pegó en la base del poste. La grada se llevaba ya las manos a la cabeza lamentando la oportunidad perdida cuando el balón le cayó en los pies y pudo marcar en el contrarremate.
El tanto desmoralizó al Alavés y no tardó en llegar el tercero. Atlético cercó al rival en una contra que acabó con Rodrigo marcando a puerta vacía después de que Pacheco se luciera sacando un remate de Correa.
El Atlético pudo respirar gracias a su primer victoria en tres partidos de Liga. Pero se ha quedado (de nuevo) con una defensa bajo mínimos pues en el proceso ha perdido a Lucas Hernández, que abandonó el terreno de juego a los 35 minutos debido a «una lesión en rodilla derecha», según confirmó el club. El francés pasará pruebas médicas que confirmen el alcance de la lesión en las próximas horas, pero en el Atlético hay preocupación pues ya hay tres defensas fuera por lesión, Godín, Juanfran y Filipe Luis.