Xavi Hernández lanzó un mensaje contundente a los futbolistas veteranos de su plantilla: “Los jóvenes están manteniendo al equipo y son los que marcan las diferencias… Y eso es difícil de digerir”, admitió Hernández, cariacontecido, decepcionado y mostrando un semblante a la altura de la realidad de un equipo atrapado en la mediocridad.
El técnico retocó el equipo con atrevimiento, dio la oportunidad a Umtiti y a Luuk de Jong, colocó en el exterior zurdo a Abde y planteó el partido partiendo de una necesaria superioridad en el centro del campo que no existió.
Y no existiendo ese mando, no imponiéndose a través de la pelota, todo fue un pequeño desastre. “Necesitamos gente con empaque que en esos momentos finales de un paso al frente y no la hay», lamentó en una crítica sensible a futbolistas que debieran marcar las diferencias «porque no es normal que lo hagan chavales de 17-18 o 19 años. Eso es una buena noticia pensando en que sube una excelente generación, pero a la vez mala porque no son ellos los que deben mantener al equipo”.
“Abde es un puñal, una maravilla, una gran sorpresa que descubrimos el primer día de llegar, cuando le vimos con el B. Ha provocado dos amarillas, ha sido insistente y rápido… Pero, como digo, no puede ser que él, como Nico y Gavi, sean los más destacados del Barça”, reveló, defendiendo de forma impersonal a todo el equipo por su “entrega y trabajo”, pero sin ocultar esa decepción con la incapacidad de los Frenkie de Jong o el desaparecido Coutinho.
“Necesitamos con urgencia una victoria”, reconoció el entrenador contemplando que el Barcelona suma 24 puntos en 16 jornadas de Liga, de las que solamente ha ganado seis y se ha quedado, después del triste empate en Pamplona, descolgado como un equipo mediano en la zona de nadie. Observa el liderato muy lejos, demasiado podría afirmarse, y pensando en alcanzar un puesto de Champions que se entiende imprescindible está hoy por hoy fuera de cualquier competición europea. Lo que anunció Xavi como una nueva era empezó con otro resbalón y mostrando, una vez más, una imagen muy alejada de lo que debiera esperarse de un equipo como el Barça.
“No hemos tenido el dominio del partido en los últimos minutos y eso es un problema muy grande. No estamos acostumbrados a defender en nuestra área, teníamos que defender lejos, en su campo, tener paciencia… Hay tantas cosas por mejorar” solventó con claridad, interpretando que esa “realidad es dura de admitir… Pero es que el problema es de falta de fútbol, no de trabajo”.