A sus 39 años la estadounidense Serena Williams sigue dejando trazos históricos de una carrera legendaria. Roland Garros eligió a una figura insigne para inaugurar sus nuevas jornadas nocturnas, y la estadounidense selló el homenaje haciendo su trabajo, derrotando a la rumana Irina-Camelia Begu por 7-6 (6) y 6-2.
Abrieron el choque a las 21.00 horas, sin público porque hay toque de queda en París y no permite la presencia de aficionados por la noche. Situación que debe mejorar en la segunda semana de torneo, según las expectativas gubernamentales anunciadas.
Cualquier partido en tierra batida ahora mismo es un test para Serena, que pasó a este elemento sin haber competido desde febrero, en el Open de Australia. No pasó de la ronda inaugural de Roma, ante la argentina Nadia Podoroska, y en su intento en Parma tampoco reaccionó: empezó ganando a Lisa Pigato pero cedió luego con Katerina Siniakova.
También se complicó la vida en el primer set con Begu, ya que dominó 5-2 y de repente se vio abajo 5-6 entregando cuatro juegos seguidos. Y en el tiebreak remontó dos bolas de set desde 4-6, sepultando además los ánimos de la europea.
En segunda ronda, cruce con otra rumana, Mihaela Buzarnescu, que pudo con la neerlandesa Arantxa Rus por 7-5 y 7-5.