Después de ponerse dos goles por delante en el marcador, el Inter dejó escapar una victoria ante el Bolonia (2-2) que le pudo haber servido para mantenerse líder de la Serie A pero que ahora deja el puesto de máximo privilegio en manos de un Milan que juega a domicilio ante el Génova.
Simone Inzaghi no reservó nada tras la victoria en Liga de Campeones ante el Benfica del pasada martes. Ante el Bolonia era el último partido antes del parón de selecciones y la posibilidad de marcharse líder fue suficiente para que el técnico apostara por un once de gala que funcionó a las mil maravillas en los primeros compases.
Y es que el minuto 13 el Inter mandaba en San Siro por dos goles. El primero, en el minuto 11, un complicado testarazo de Acerbi en un saque de esquina que abrió el marcador; y, el segundo, un zapatazo de Lautaro Martínez desde fuera del área en el minuto 13 que aumentó el rédito con su décimo tanto de la campaña y noqueó al Bolonia, abrumado por la potente salida de un combinado ‘nerazzurro’ que apuntó a goleada liderada por el argentino y capitán, máximo goleador de la competición italiana.
Pero ironía del fútbol, fue precisamente el ‘Toro’, ese que la pasada jornada deleitó con un ‘póker’ de goles y que en esta ya había dejado su seña de identidad, el que avivó el partido cometiendo un claro penalti que convirtió Ricardo Orsolini. Un 2-1 que dio vida a los que entrena Thiago Motta, precisamente un exjugador interista.
Porque desde ese momento el partido cambió por completo. El Inter se dejó llevar desde el gol y el Bolonia empezó a apretar viendo el marcador tan cercano pese a la superioridad inicial de los locales y creyó en sus posibilidades. Tanto que, en una contra muy mal gestionada defensivamente por los ‘nerazurri’ nada más comenzar la segunda mitad, Zirkzee encontró el empate que anuló los goles de Acerbi y Lautaro y cambió por completo el partido.
Intentó Inzaghi influir en el partido con cambios. Introdujo a Alexis arriba, y cambió a ambos carrileros dando entrada a Cuadrado y a Carlos Augusto para ganar más profundidad. El Inter volvió a tomar el mando del partido y volvió a encerrar el Bolonia, aunque esta vez sin recompensa.
Un gol anulado a Alexis y un disparo de Carlos Augusto fueron los dos acercamientos más peligrosos de un Inter que acabó con Bastoni incrustado junto a Lautaro y Alexis en la delantera, desesperado por encontrar un buen centro para poder deshacer un empate que resistió en el marcador pese al dominio final interista, que dejó escapar dos goles de ventaja y cedió a sus vecinos de Milán la posibilidad del colocarse líderes, pues una victoria ante el Génova les colocaría en lo más alto.