Redacción – Aunque sea de forma provisional, el City tuvo la madurez y la paciencia para escalar al liderato de la Premier. Necesitaba el campeón ganar ante el Everton (0-2), incitado tras las dudas que ha ofrecido el Liverpool estas últimas semanas, ahora por encima del cuadro de Anfield gracias a la diferencia de goles. No fue un buen City, más bien con algunas dudas, aunque Laporte aprovechó una acción de estrategia y Gabriel Jesus sentenció al final para recuperar el trono en Inglaterra.
Incómodo en el primer tiempo, el City gobernó sin apenas espacios, protegido el Everton, solidario atrás. Entre la críticas por la irregularidad de su equipo, Marco Silva cogió oxígeno si se atiende a la versión que ofrecieron sus pupilos en Goodison Park. No querían ser partícipes ni de auxiliar ni de trabar la carrera de nadie hacia el título, peligrosos cada vez que salieron en transición. Walcott y Calvert-Lewin fueron un quebradero de cabeza para la defensa celeste, atenta en cada carrera.
No le faltaron oportunidades al City aunque le sobró timidez. Un disparo desviado de Sané, un testarazo de Laporte y sobre todo un remate de Gündogan al larguero tras una jugada colectiva iniciada por Fernandinho. Aunque supo resistir con orgullo el Everton, que descongestionó el juego a través de André Gomes y Bernard, hombres fiables en un equipo que hizo méritos pero recibió castigo al filo del descanso tras el 0-1 de Laporte, que definió de cabeza asistido por Silva (45’)
En el debe del Everton pesó que nunca en esta edición de la Premier hubiera remontado tras un 0-1. El paso por vestuarios, sin embargo, le sirvió para recuperar la fe y la intensidad. Como hizo de entrada, el conjunto de Liverpool puso en aprietos a un City espeso y sin buenas sensaciones. Vivió en la indefinición el campeón inglés, consciente de que no está diseñado ni preparado para aguantar un resultado, amenazado con que el Everton igualase en cualquier acción de peligro.
Fallaron Sterling y David Silva en dos acciones meridianas ante Pickford, siempre cubierto por una defensa disciplinada. Aunque al Everton le faltó presencia ofensiva, ayuda inestimable para el City, que logró su objetivo sin cuajar una actuación para el recuerdo. Ley de mínimos en Goodison Park que se cerró con el 0-2, de Gabriel Jesus, que definió tras una asistencia de De Bruyne (97’). El tanto que confirmó el triunfo del City, presionado ahora el Liverpool y sin más margen para el error.