Redacción – «Héroe sin capa», se leyó en varias redes sociales a medida que se viralizaba el video de un boxeador profesional que, cansado de la represión, enfrentaba a puño limpio a un grupo de policías antidisturbio en Francia.
El episodio tuvo lugar durante la octava movilización convocada por los chalecos amarillos en toda Francia, que se sintió con fuerza en las principales ciudades pero también en todas las rotondas del país, lugar donde se concentran durante la semana los manifestantes para bloquear las carreteras.
Desde ese momento Christophe Dettinger, como se llama el boxeador, se convirtió en el chaleco amarillo más buscado de Francia. La Policía, completamente humillada por las imágenes que recorrían el país, y el mundo, publicó el domingo un comunicado en el que decía que ya habían identificado al boxeador y que «ahora iba a tener que aprender el derecho penal».
Ya convertido en una suerte de héroe del movimiento, Dettinger se presentó a la Policía en forma voluntaria en la mañana de este lunes. Sin embargo, antes de hacerlo, dejó grabado un video que publicó en Facebook el domingo con un mensaje para los chalecos amarillos. El objetivo del video era responder a varias injurias que los medios lanzaron desde el sábado diciendo que no sería un chaleco amarillo, sino un provocador, e incluso un militante de la extrema derecha, todo esto sin ningún tipo de elemento serio que pueda confirmar esas afirmaciones.
En el video de 2 minutos 30, el excampeón de boxeo, que trabaja en el departamento de mantenimiento del ayuntamiento de Brétigny-sur-Orge dice: «Soy un chaleco amarillo» y señala que ha participado en la movilización desde su inicio, incluyendo todas las movilizaciones que se realizaron en París desde el 24 de noviembre.
Contra las acusaciones sobre su afiliación política, Christophe Dettinger explica claramente: «No estoy en el extremo izquierdo, no estoy en el extremo derecho, soy un simple ciudadano».
Es durante las movilizaciones que el boxeador dice haberse sentido indignado por el nivel de violencia policial: «Vi la represión allí, vi a la policía atacándonos, vi a la policía herir a la gente con flashballs, vi a la gente herida, vi como los jubilados eran gaseados». Esa misma represión es la que se sintió el último sábado: «nos tiraron gas, y en algún momento la ira se incrementó en mí. Reaccioné mal, pero me defendí».
Las reacciones al video, ampliamente compartidas en las redes sociales, demuestran el amplio apoyo recibido por Christophe Dettinger de parte de los chalecos amarillos, que parecen ver en él el símbolo de una contraofensiva después de semanas de intensa represión contra el movimiento.
La familia de Christophe Dettinger ha creado un fondo de lucha para financiar los costos de la defensa.