Redacción – Año nuevo, vida nueva. Que se lo digan a Valtteri Bottas, ganador este domingo de la cita inaugural de la temporada 2019 de F1. No ganó una carrera en todo el año pasado mientras veía como su compañero Lewis Hamilton se convertía en campeón del mundo con 11 victorias con su mismo coche. Se le criticó y mucho por sus resultados pese a su gran labor de escudero en muchas carreras. Y el finlandés, sin levantar la voz en ningún momento, respondió en la pista pese a que la sombra de pilotos como Esteban Ocon, este año sin volante, sean muy alargadas. Valtteri se juega su volante este 2019 y sus actuaciones serán miradas con lupa, pero el nórdico, con su calma habitual, dio una exhibición para aplastar a Hamilton y a todos sus rivales de inicio a fin y poner patas arriba, todavía más si cabe, cualquier predicción posible para una carrera cuyo resultado sorprende y mucho, con Bottas como gran triunfador y primer líder del Mundial por delante de Hamilton y Verstappen, que le acompañaron en el podio por delante de un Ferrari que confirmó su decepcionante inicio de año.
La victoria de Bottas se gestó en una gran salida. En un circuito urbano en el que es difícil adelantar, el arranque es clave y Valtteri exhibió sus grandes reflejos para robarle la primera posición a Hamilton ante la sorpresa de todos. Y por si alguien tenía dudas de si el finlandés podría aguantar la presión de su teórico líder, respondió a todos volando de inicio a final. Estuvo en otra liga durante toda la carrera, con un ritmo superior en todo momento a un Hamilton que vio como sus opciones de victoria se anulaban por la estrategia de su equipo. Vettel, que era tercero, fue el primero de los de arriba en entrar a boxes en busca de sorprender con un posible ‘undercut’ a Lewis, por lo que el equipo de Brackley decidió defenderse del ataque del teutón parando antes. “¿Por qué me habéis parado tan pronto?”, preguntó Hamilton por radio a su equipo, consciente de que iba a sufrir mucho para aguantar con los neumáticos a gran ritmo hasta el final.
Desastre de Ferrari
Varapalo tremendo para Ferrari en Australia. Se las prometían muy felices los italianos tras los test de Barcelona. Eran los grandes favoritos de la carrera, pero salieron como los grandes derrotados. Vettel se quedó a 7 décimas de Hamilton el sábado en calificación pero Ferrari no agachaba la cabeza debido a que confiaban en su ritmo de carrera. Pero ni ahí, y es que las cosas no pintan nada bien para los de Maranello. La carrera ya empezó de forma complicada para ellos. Vettel no podía pasar en la salida las dos ‘flechas de plata’ y estuvo a punto de tocarse con Leclerc al cerrarle la puerta al monegasco en la primera curva. Era el inicio de una batalla que se iba a posponer para el final de la prueba. Leclerc venía encendido en las últimas vueltas con neumático más joven que Sebastian, recortándole un segundo por vuelta al germano. Y así, a Ferrari le llegaba otro problema: no solo eran mucho peores que los Mercedes, sino que además veían como entre sus dos pilotos este curso podrían saltar chispas. Papeleta para Binotto en su primera carrera de Team Principal de Ferrari que finalizó en un más que probable orden de carrera. El monegasco se pegó a su jefe de filas y a partir de ahí, bajó el ritmo. Extraño y claro a la vez.
Max volvió a ser uno de los grandes animadores. En Australia, un lugar en el que es complicado adelantar, recuperó la posición perdida en la salida sobre Leclerc en la primera curva y se benefició de parar más tarde y salir con un neumático más joven para pasar a Vettel en la vuelta 31 con un tremendo hachazo al más puo estilo del joven neerlandés. Izquierda, derecha, y para dentro. Pero la fiesta del neerlandés no se acabaría aquí.
El holandés vio a Hamilton sufriendo con los neumáticos y tiró al máximo hasta el final al oler la sangre del británico. Se salió por el césped. Iba a cuchillo. Cegado. Y enmendó su error volviéndose a pegar a Lewis. A falta de cinco vueltas, Verstappen se colocaba a un segundo del pentacampeón y marcaba la vuelta rápida de carrera. Quería la segunda plaza mientras Hamilton cargaba baterías pensando en el punto extra de la vuelta rápida. Ese punto mantuvo la emoción hasta el final, aunque Valtteri Bottas le ‘robó’ la cartera a todos con su último ataque al crono, sabiendo que ya tenía el triunfo asegurado.
Fin de semana para olvidar para Carlos Sainz. Era su primera carrera con McLaren, el inicio de una nueva etapa para el español como el líder en pista de un equipo histórico que empezaba de cero tras 4 años de decepciones. Un proyecto nuevo que quiere mirar a largo plazo el futuro con optimismo, con ganas de volver a luchar por triunfos en unos años. Y por ello, Carlos Sainz tenía muchas ilusiones puestas en el GP de Australia de F1. Llevaba meses esperando este momento. Pero finalmente, lo que debía ser el inicio de un sueño, se convirtió en una pesadilla que empezó en la clasificación del sábado, cuando se quedó fuera de la Q2 al encontrarse un coche parado en pista que le molestó. Aunque peor fue el domingo, cuando en su primera carrera vestido de naranja papaya veía como su motor Renault, que este año debía haber mejorado en fiabilidad y potencia, se rompía tan solo 12 vueltas después de una gran salida en la que había ganado tres posiciones. Carlos debe olvidar lo sucedido enAlbert Park y pensar en la siguiente carrera. Así lo hará, porque como él dijo, el GP de Australia no era más que el punto de partida. No cuenta como empieza, sino como acabe la cosa. Le quedan 20 carreras más para luchar.