Redacción – Este viernes en Wimbledon se disputarán dos semifinales. Una que será histórica, un partido vivido en 39 ocasiones y con reminiscencias de 2008. Un Nadal-Federer. Otra, se jugará para la historia. En concreto para la de una persona que nunca lo olvidará, Roberto Bautista, que se medirá contra Novak Djokovic.
El All England Club se engalana para dos encuentros que amenazan con levantar los cimientos de la pista central del torneo.
Primero, a las 14:00 hora española, arrancará la semifinal entre el serbio Djokovic y el español Roberto Bautista, el tercer encuentro entre ambos este año y el que más puede poner el vello de punta al de Belgrado.
Porque el de Castellón venció los dos partidos anteriores, en Doha y Miami, y también venció al serbio en Shanghai 2016. Es su pequeña bestia negra particular y un rival muy peligroso dado lo planos que son sus golpes, la resistencia desde el fondo y la falta de presión que tendrá.
Serán las primeras semifinales de Grand Slam para Bautista, que a estas alturas de torneo esperaba estar de despedida de soltero en Ibiza y no ante la histórica oportunidad de ser el tercer español, tras Manolo Santana y Rafael Nadal, en pisar la final de Wimbledon.
Un triunfo que además le acarrearía ser, por primera vez en su carrera, ‘top ten’ mundial. Para eso tendrá que superar al gran favorito al título y al actual defensor del mismo. El cuatro veces campeón quiere su decimosexto ‘major’ y no descolgarse de una carrera en la que los otros dos contendientes saltarán a pista conociendo si serbio o español estarán en la final.
Nadal y Federer se volverán a encontrar en Wimbledon once años después de su último enfrentamiento en la final de 2008, la que coronó al español por primera vez en la ‘Catedral’ del tenis.
El aroma a lo que ocurrió a lo largo de aquella larga tarde del 6 de julio de 2008 revolotea por las paredes del All England Club y envuelve estas semifinales, que en todo momento serán comparadas con lo que produjo aquel partido decidido por un 9-7 en el quinto set.
El suizo avista sus decimoterceras semifinales en Wimbledon, las primeras en las que se cruzará con Nadal, al que hasta ahora solo había visto en las finales de 2006, 2007 y 2008.
Llega a este punto de la aventura con dos sets cedidos, pero con una hora menos en pista que Nadal. La peor noticia para él es que lo hace después de un partido enredado en los puntos de rotura contra Kei Nishikori, en el que registró un 4 de 14 en esa estadística, mejor, aun así, que el 1 de 13 que registró en la final de 2008 y que le condenó a la derrota.
Al otro lado, Nadal visualiza la victoria que cambió su carrera y que volteó el tenis mundial hacia su lado. Nadal cuenta con los fríos datos a su favor y domina en el ‘cara a cara’ a Federer por 24 a 15, incluida la pasada por encima que supuso la semifinal de este año en Roland Garros, un encuentro que se parecerá poco o casi nada a lo que se vivirá en Wimbledon.
La buena noticia para Federer son las seis victorias consecutivas que acumula ante el de Manacor en pistas rápidas, un registro que invita a su optimismo pese a que las casas de apuestas ya se hayan posicionado sacando como favorito al español.
En las semifinales masculinas más españolas de la historia del torneo, Bautista y Nadal buscarán una inédita final española de las 133 ediciones de Wimbledon, que, además, sería la primera entre dos jugadores del mismo país desde que los estadounidenses Pete Sampras y Andre Agassi se enfrentaron en la de 1999.