Todavía no ha abandonado la Fórmula 1 (lo hará en noviembre en Abu Dabi) y Fernando Alonso ya dejó una puerta abierta a un posible regreso en su comunicado de despedida del pasado martes. «Quiero dar las gracias a toda la gente de McLaren. Mi corazón estará con el equipo para siempre. Sé que volverán más fuertes en el futuro y podría ser un buen momento para que yo vuelva a la categoría, eso me haría realmente feliz». El bicampeón del mundo lo deja en el aire, conocedor de que el olor a neumático y los gritos de la grada enganchan más que en otras pruebas. Quizás pronto le vuelva a picar el gusanillo del gran circo. No sería el primero en hacerlo.
Alain Prost es el espejo en que el asturiano tendrá que mirarse si algún día optara por regresar. Ferrari lo despidió en 1991 por las críticas que recibía del ya tricampeón del mundo, que se quejaba amargamente del rendimiento del monoplaza. Después de un año sabático, en 1993 volvió con Williams-Renault, un regreso que ha quedado para la historia como uno de los más exitosos en cualquier deporte. El francés tenía una cláusula en el contrato que le impedía compartir equipo con el otro gran favorito al campeonato, Ayrton Senna, y se paseó con el mejor coche hasta su cuarto título. Eso sí, el fin de la cláusula y el fichaje de Senna provocó el retiro definitivo del galo.
Si Prost es el mejor ejemplo de que las segundas partes no tienen por qué ser malas, Michael Schumacher es la prueba de que muchas veces es mejor quedarse con la versión 1.0. El siete veces campeón del mundo entendió en 2006 que su dominio con la escudería italiana se acababa por una mancha azul y amarilla de Renault que engullía rivales. Era el momento. Pero en 2010 Ross Brawn llamó a su puerta y volvió con un asiento en Mercedes. Acabó con la mitad de puntos que su compañero de equipo Nico Rosberg en la primera temporada. Prost, que sabía bien de lo que hablaba, dijo entonces que Schumi tenía «falta de humildad» por haberse atrevido a volver tanto tiempo después. En las siguientes temporadas hubo abandonos, accidentes, excusas con los neumáticos… y un podio y una pole en 2012 antes de dejarlo.
Otro de los grandes pilotos de los 90, Nigel Mansell, también se tomó un respiro y fue para correr en el campeonato de la IndyCar. Después de conseguir con Williams-Renault en 1992 su único título de Fórmula 1, se vio desplazado en el equipo por Prost y puso rumbo a Estados Unidos. Allí se convirtió en el primer novato ganador de la Indy, durante meses campeón a la vez de dos categorías tan distintas, y quedó tercero en las 500 millas de Indianápolis. Esa carrera es la que Alonso intentará ganar como sea en su búsqueda de la Triple Corona del automovilismo. Es la única prueba que le falta. Finalmente, Mansell volvió a la adrenalina de la F1 en 1994. Lo hizo de forma discreta con Williams, sustituyendo al fallecido Senna durante cuatro pruebas con una victoria final en Australia. Un año después fichó por McLaren, pero apenas corrió dos Grandes Premios y dijo adiós en Cataluña con un amargo abandono.
Probablemente el regreso que más esté en la mente de todos por ser tan reciente es el de Kimi Raikkonen. Actualmente en la parrilla y en disputa por los cajones del podio semana a semana, su salida de Ferrari en 2009 la aprovechó Alonso para ocupar el sitio del finlandés. Raikkonen se lanzó a los rallies con dos notables décimos puestos en los mundiales de 2010 y 2011. Campeón de la Fórmula 1 en 2007 con il cavallino rampante, probó hasta la NASCAR antes de volver al circo con Lotus-Renault. Después, de nuevo Ferrari y la lucha por su segundo título con Hamilton y Vettel.
Alonso sabe también que la edad corre en su contra con 37 años y cada temporada fuera complicará aún más el retorno. En el pasado batía récords de precocidad, pero antes de un hipotético regreso a la Fórmula 1 debería tener en cuenta que el piloto más veterano en ser campeón del mundo fue Juan Manuel Fangio con 46 años en 1957. La de los 50 es la década de los abuelos en el automovilismo, suena raro ver ahora un campeón tan longevo. Tres de los últimos cuatro capaces de lograr el título con más de 35 años fueron, curiosamente, los anteriormente citados Schumacher, Prost y Mansell. Pero sólo el francés triunfó después del parón. Ahí tiene Alonso un reto a su altura.