Redacción – En la Champions, la diferencia entre ganar o perder no la marca la regularidad ni las rachas. La contundencia decide entre Agüero errando un penalti y Son batiendo a Ederson a diez minutos del final y dar ventaja a un Tottenham Hotspur que sacó oro de la visita del Manchester City al nuevo White Hart Lane.

La victoria de los ‘Spurs’, que no deja nada cerrado para la vuelta, pudo ser anulada por un penalti fallado por Sergio Agüero en la primera parte, y abortada cuando Harry Kane se tuvo que retirar pasado el minuto 50 por una lesión en el tobillo.

Pero un latigazo de Heung-min Son a poco más de diez minutos del final pone de cara la eliminatoria al Tottenham, que marchará a Mánchester a defender el 1-0 el próximo miércoles.

Arrancado el espectáculo, el City puso su cartel de favorito sobre la mesa y convirtió la posesión en un penalti que pasó desapercibido para todo el mundo menos para el VAR.

Raheem Sterling rompió por banda izquierda, llegó hasta la frontal y sacó un disparo repelido por Danny Rose. Con todos preparados para sacar el córner, Bjorn Kuipers paró el juego y consultó el VAR. La tecnología dejó pocas dudas, Rose tocó con la mano al caer y el colegiado holandés señaló penalti.

En su día, al City se le escapó una victoria ante el Liverpool que podría haber sido definitiva para la Premier cuando Riyad Mahrez falló un penalti en los últimos instantes. Esta vez y con Mahrez en el campo, Agüero asumió la responsabilidad. Su disparo, escaso de fuerza, lo repelió Hugo Lloris, para euforia de un White Hart Lane arrebatador.

La pelota siguió en poder del City, cumpliendo el deseo planteado por Guardiola, pero la sensación que se vivía en el campo es que el Tottenham llegaba con más peligro. Lo confirmó un remate de Kane a la media vuelta que obligó a Ederson a probar sus guantes.

Los celestes, aunque esta vez vistiendo de morado y naranja, incidían en salir con el cuero controlado desde atrás y al Tottenham le bastaban dos o tres toques para llegar a tres cuartos.

Era una lucha en el banquillo trasladada al césped. Pochettino quería demostrarle a Guardiola que con muchos menos millones en la cartera podía competirle y Guardiola que su capacidad para innovar sigue intacta.

De ahí que dejara a Kevin de Bruyne en el banquillo dándole más galones a Mahrez.

Pero los discursos de los entrenadores, calcados al dedillo en la primera parte, dieron lugar a una mayor improvisación tras el paso por vestuarios.

El partido se volvió vertical como una montaña de los Alpes y las ocasiones se sucedieron hasta la jugada que ensombreció la batalla. En una acción fortuita, Fabian Delph clavó sus tacos en el tobillo de Kane, retirando al delantero del terreno de juego a poco más de media hora para el final del partido.

A ambos equipos les entró entonces el miedo de un gol en contra que echase por tierra todo el trabajo. El City recordaba el 3-0 encajado el año pasado en la ida de los cuartos de final y el Tottenham se conformaba con un 0-0, que, a priori, era buen resultado.

Eran los ‘Spurs’ los que más atrás se echaban, pero su peligro seguía vivo cuando cruzaban la línea del medio. En una jugada mal defendida por el City, el Tottenham se adelantó. Christian Eriksen pudo maniobrar con tranquilidad en la frontal, peligro. El danés levantó la pelota por encima de toda la defensa de Mánchester y Son, que no pudo controlar de primeras, tuvo que recular sobre la línea de fondo.

Delph, verdugo de Kane, reclamó que la pelota había salido. No fue así. Son volvió tras sus pasos y sacó un disparo raso que se coló por debajo de Ederson. Primer gol europeo en el nuevo White Hart Lane, primer gol de la eliminatoria y quizás primera decepción en la temporada para el City. El resto, se decidirá el miércoles que viene en el Etihad Stadium.