El Real Madrid logró un valioso triunfo 3-1 al Celta y se mantiene en la lucha por ser campeón de la Liga de España.
Con dos goles de Karim Benzema en los que se refugió durante toda la segunda parte, propiciaron el triunfo del Real Madrid en Balaídos para prolongar la persecución al liderato del Atlético Madrid.
Mostró sus dos caras el conjunto blanco, que mantiene la fe en sus opciones en liga. Una primera mitad brillante, donde cimentó la victoria y otra gris, asido al marcador y a su ventaja para embolsarse los tres puntos y recortar las distancias.
Completó su semana fantástica el conjunto de Zinedine Zidane. A la clasificación para los cuartos de la Liga de Campeones añadió un valioso botín en Vigo, terreno abonado para sus intereses.
Encontró el Real Madrid una buena puesta en escena en Balaídos, un escenario amable los últimos años, donde suele puntuar, con una vuelta al sistema tradicional. Al gusto de Zinedine Zidane. El preparador francés dejó de lado a los tres centrales con los que manejó los últimos partidos. Recuperó a Casemiro, con el que no contó el miércoles, y optó por el uruguayo Fede Valverde como acompañante de Karim Benzema y Vinicius.
Irrumpió activo y ambicioso el equipo blanco. Esforzado en la presión, alentado por la clasificación europea y afanoso en el intento de no caer de la carrera por el liderato.
Acechó el área rival el Real Madrid aunque sin inquietar a Iván Villar. El Celta aún no había entrado en el partido.
Entre Toni Kroos y Benzema fabricaron los goles blancos de la primera mitad. El primero en el minuto 20 cuando el alemán encontró al francés entre los centrales. No perdonó Benzema que batió por raso al meta vigués.
El segundo llegó diez más tarde fruto de la presión. Kroos robó el balón al borde del área del Celta y encontró otra vez al delantero galo, que tampoco falló. Máxima eficacia en el Real Madrid.
Lejos de caer en el desánimo, el Celta espabiló. Adelantó sus líneas. Denis Suárez tomó contacto con el balón y el peruano Renato Tapia, que advirtió molestias, se multiplicó en el centro del campo.
Le sirvió con eso al cuadro de Eduardo Coudet para conectarse otra vez al partido. A cinco del intermedio una falta de Kroos, aparentemente intrascendente, supuso un balón parado que ejecutó Denis hacia Santi Mina, que cabeceó lejos del alcance de Thiboaut Courtois. El delantero gallego dejó en evidencia a la zaga blanca.
El partido renació. El Celta aceleró, creció en intensidad mientras que el Real Madrid perdió el control y la autoridad en el juego.
Courtois evitó el empate a la hora de juego con un disparo de Iago Aspas que frustró el belga. Una declaración de intenciones.
El Real Madrid se aferró a su versión gris, prudente y conservadora. Con espacios, solo quedó al amparo de Vinicius, que aceleró en varias ocasiones pero que se mostró igual de impreciso que siempre en la definición.
Benzema desperdició un error de Iván Villar en la puesta en marcha del balón. Pudo sentenciar ahí.
Iago Aspas, que aún no ha marcado en lo que va de 2021, pudo empatar a ocho minutos del final en un lanzamiento de falta desde la media luna. Su tiro tocó en un palo con Courtois batido.
En pleno acoso vigués, el Real Madrid cerró el partido con un nuevo gol, en la última acción, cuando Marco Asensio culminó un contragolpe a pase de Benzema, el hombre del partido.