Con la influencia ofensiva del argentino Julián Álvarez, la creatividad de Kevin de Bruyne, la insistencia de Jack Grealish y el juego coral del resto de jugadores del Manchester City, el equipo de Pep Guardiola goleó 4-1 al Liverpool y lanzó un mensaje al Arsenal: la Premier League está más viva que nunca.
Los ‘citizens’ resolvieron a lo grande un encuentro complicado que acabó como si fuera una sesión de toreo en la Maestranza, con los ‘olés’ de sus aficionados en los últimos minutos, en los que incluso se atrevieron a corear un «campeones, campeones» pese a estar todavía cinco puntos por debajo del Arsenal, que en breve visitará el Ettihad Stadium.
El guión previo al duelo indicaba que el City tenía la complicada misión de superar a un miura herido por su errático curso que, hasta el momento, ha sido una auténtica montaña rusa. Las fases de recuperación de los hombres dirigidos por Jürgen Klopp siempre se han visto interrumpidas por tropiezos innecesarios, como el que vivió la pasada jornada frente al Bournemouth (derrota por 1-0) que
Ese resultado acabó con una racha del Liverpool de cinco encuentros consecutivos sin conocer la derrota. Fue un paso atrás en el único objetivo que le queda del curso: terminar en puestos de Liga de Campeones. Aún así, pese a sus vaivenes casi semanales, los «Reds» se presentaron en el Ettihad Stadium con ganas de reivindicar el respeto que merece uno de los llamados equipos del ‘Big Six’.
A Pep Guardiola le tocó lidiar con ese toro sin su hombre gol, Erling Haaland, afectado de una lesión en una ingle que ya le impidió disputar sus partidos internacionales con Noruega esta semana. Tampoco pudo contar con Phil Foden, que por culpa de una apendicitis por la que tuvo que pasar por quirófano ha visto cortada su trayectoria ascendente del último mes y medio.
Por tanto, a Julián Álvarez le tocó cubrir la ausencia de Haaland. La tarea de sustituir al voraz delantero escandinavo es muy complicada. Cualquier delantero del mundo sufriría unas comparativas odiosas, pero el argentino está acostumbrado y siempre cumple. Y, ante el Liverpool, no defraudó. Marcó un tanto, el del empate (1-1) y asistió a Kevin De Bruyne en el segundo (2-1). Nadie recordó a Haaland.
Pero antes de las apariciones de la ‘Araña’, el City sufriría un sobresalto pese a dominar casi por completo el partido. Con Rodri Hernández por delante de la defensa y con Ilkay Gündogan y Kevin de Bruyne, formó un triángulo perfecto que abasteció constantemente a Riyad Mahrez, Julián Álvarez y a Jack Grealish, especialmente combativo incluso en tareas defensivas, en las que mostró una capacidad de repliegue inmensa.
Con una posesión inmensa, el City tuvo tres aproximaciones antes del imprevisto que provocó Mohamed Salah. Gündogan y Rodri lo intentaron con dos disparos que detuvo sin problemas Alisson y Mahrez rozó el gol con una falta. Sin embargo, esa alegría se vino abajo cuando Salah, en un contragolpe perfecto, abrió el marcador cuando el partido se acercaba al minuto veinte.
El golpe del egipcio no afectó en nada al City, que siguió a su ritmo, como una apisonadora para encontrar pronto un premio que consiguió Julián Álvarez tras una jugada colectiva preciosa que inició De Bruyne, continuó Mahrez, prolongó Gündogan y que concretó Grealish con una asistencia para el ariete argentino.
Con el empate en el bolsillo, el equipo de Guardiola se preparó para asestar los golpes definitivos tras el descanso. Los ‘citizens’ salieron del vestuario a la carga y en apenas un minuto encontraron el camino hacia victoria. Y, de nuevo, con protagonismo para Julián Álvarez, que dejó en bandeja el segundo para De Bruyne.
Pero ahí no acabó la influencia del campeón del mundo, porque apenas un rato después, provocó el tercero. Dentro del área se hizo con un hueco, consiguió un disparo que tocó de forma providencial Trent Alexander-Arnold y el rebote acabó en las botas de Gündogan, que solo tuvo que apuntar fácil para resolver definitivamente el encuentro.
El 3-1 ya fue una losa demasiado pesada para el Liverpool. Aunque intentó acercarse en el marcador, fue incapaz. El City estaba lanzado y aguantó sin problema alguno la entrada simultánea de cuatro jugadores frescos del cuadro ‘red’ (Konstantinos Tsimikas, Roberto Firmino, Alex Oxlade-Chamberlain y Darwin Núñez).
Con la nueva munición para el último tramo, el Liverpool siguió en la nada e incluso recibió el cuarto, obra de Grealish, que se llevó un premio merecidísimo tras asociarse con De Bruyne.
El extremo del City se apuntó un tanto tras fajarse en el barro durante casi todo el duelo. Fue la guinda a un encuentro excelso del City, que por primera vez en el curso sumó cuatro victorias seguidas en la Premier y llega al momento cumbre de la temporada en plena forma. Sonríen los ‘citizens’, tiembla el Arsenal.