Cuando Ronald Koeman dejó la selección de los Países Bajos para convertirse en el flamante nuevo entrenador del Barcelona lo hizo bajo una premisa: revolucionar un equipo que para él necesita un rotundo cambio de rumbo después que la temporada acabó sin títulos para el club tras 13 años. De esta manera, y con la confirmación de que Lionel Messi no se irá, fue que el DT formuló diferentes parámetros a tener en cuenta de cara a la próxima temporada.
Según indicó el periódico catalán Sport, Koeman estableció “10 mandamientos” bajo los que se regirá para devolverle el éxito a una institución que está inmersa en un conflicto institucional y que estuvo a un paso de perder al mejor jugador de toda su historia. Justamente será Messi la piedra sobre la que intentará construir el ex defensor culé. Para el DT holandés, Messi será el líder del plantel y espera que, como sucedió desde que se convirtió en una figura mundial, también siga siendo una inspiración y un ejemplo para las jóvenes promesas y los posibles nuevos refuerzos que lleguen a Cataluña.
Otro de los puntos salientes de su proyecto será el profesionalismo que tienen que mostrar sus futbolistas. Koeman será muy exigente con el plantel y también con el resto del staff técnico: según la prensa catalana, al ex seleccionador holandés le gustan los buenos modales, y que sus jugadores sean educados y respetuosos. A sus 57 años, es parte de la vieja guardia de ex futbolistas que creen que se es jugador del Barça las 24 horas, y eso tiene relación al cuidado fuera del campo, a la alimentación y al valor del descanso.
El tercer y cuarto punto también están íntimamente relacionados con el plantel. La personalidad de los jugadores será un factor clave: Koeman quiere que futbolistas como Dembélé, De Jong, Coutinho, Semedo e incluso Griezmann demuestren porque el Barcelona los contrato. Lo mismo sucederá con el mérito de ser considerado para ser parte esencial del equipo: el holandés no titubeó cuando le comunicó a Luis Suárez y Arturo Vidal que no estaban en sus plantes. Admirador de la cultura que supo profesar Johan Cruyff, Ronald cree que el beneficio grupal está por encima del individual.
En ese sentido, el quinto mandamiento tiene que ver con el vestuario. Messi seguirá siendo el bastión del plantel, pero Gerard Piqué y Marc-André ter Stegen serán otras dos piezas de consulta directa que tendrá el entrenador. Su deseo es que los futbolistas sólo se concentren en entrenarse y rendir en el campo, dejando de lado los rumores que se vayan a generar en la prensa. Para eso también espera que la directiva acelere las negociaciones con las posibles incorporaciones y ejecute los traspasos necesarios para conformar el plantel con el que trabajará por el resto de la temporada.
Las divisiones menores del Barcelona son el punto seis del pensamiento que planea ejecutar Koeman. Intentará apuntalar a todo aquel joven futbolista que vea con condiciones y lo sumará a su planificación, pero no buscará que un chico de La Masía lo “salve”. Según indica el reporte, el director técnico está muy contento con las capacidades que demostraron Ansu Fati y Riqui Puig.
El resto de los ejes del proyecto del neerlandés tienen que ver con el aspecto futbolístico. La preparación física, el trabajo en la pelota parada, la presión para la recuperación y la velocidad en el juego serán los otros mandamientos que Koeman buscará impulsar en su desembarco en Barcelona.
En el análisis que hizo el nuevo entrenador de las últimas temporadas del equipo vio como los jugadores llegaron con pocas energías a la etapa definitoria de la campaña. Por eso el conjunto culé sufrió duras derrotas en la fase decisiva de la Champions League frente a la Roma, Liverpool y la histórica goleada en contra frente al Bayern Múnich. Para cambiar el presente físico de los jugadores, Koeman recurrió a un viejo conocido: incorporó a Albert Roca, el PF que trabajó con el equipo en la era de Frank Rijkaard.
La mejora de la condición de los jugadores será clave para presionar y recuperar el balón, lo que mejorará la situación defensiva de un equipo que sufrió en la última temporada contra rivales que lo atacaron. En relación a la ofensiva, Koeman quiere que su versión del Barcelona sea un conjunto rápido, que juegue a dos toques, y que pierda la lentitud que ganó en los últimos tiempos y que según su óptica lo hizo previsible.
El nuevo Barcelona está en marcha. De la mano de Koeman, al que los jugadores ya apodan “Sargento”, por su dureza en los entrenamientos, el equipo blaugrana buscará recuperar la gloria perdida.