Con un gol de penalti, el italiano Ciro Immobile, infalible en las grandes noches de su Lazio, hurgó en la herida abierta del Bayern de Múnich (1-0) y acercó a su equipo a unos cuartos históricos que pasan ahora por resistir en el Allianz Arena.
Se presentó el Bayern de Múnich en el Olímpico de Roma todavía afectado por la dura derrota de este fin de semana ante el Leverkusen de Xabi Alonso (3-0), y se fue con más dudas de las que llegó. Un penalti clarísimo de Upamecano en la segunda mitad, con su consecuente expulsión, condenaron a los muniqueses en Roma.
Immobile, el emblema de este Lazio, no falló a su cita con el gol. Como exjugador del Borussia Dortmund, rival histórico del Bayern, cumplió su doble misión. Y ahora unos cuartos históricos para los capitolinos están a 90 minutos. Los mismos que pueden desatar la hecatombe en Múnich.
Estaba obligado a reaccionar el combinado de Thomas Tuchel en este duelo de Liga de Campeones ante un equipo inferior para reafirmar su autoridad, todavía mermada por las relevantes bajas de Coman, Davies y Gnabry.
Y fue, como era de esperar, mejor el arranque de combinado bávaro con dos disparos peligrosos de Kimmich y Harry Kane en 7 minutos. Pero lo que parecía que podía ser un rodillo alemán en Italia dejó en ese momento de nuevo paso a la incertidumbre del proyecto de Tuchel. Poco a poco el Lazio fue igualándose con un Gila muy seguro atrás, con Luis Alberto mandando en el centro del campo y con Immobile aguantando con Upamecano en los balones largos.
Solidaridad en su máxima expresión la de los de Sarri para minimizar el impacto de Sané y Musiala por fuera, y para reducir a cenizas a un Kane desparecido durante todo el partido.
Ya avisó Sarri de que no sería un equipo defensivo y los ‘biancocelesti’ tuvieron sus ocasiones. Un disparo lejano de Luis Alberto, otro de Isaksen y una contra en el último suspiro del primer acto que congeló el corazón de la afición germana desplazada a la capital italiana.
Eso sí, las más claras de la primera mitad fueron de un Bayern que tuvo que recurrir sobre todo al disparo lejano para hacerse hueco, como en la falta que botó Sané y rozó el palo. Solo en una ocasión pudo triangular en el balcón del área y hacer daño, pero Musiala definió muy arriba.
La sensación era que el Bayern estaba atascado, falto de ideas, lento en transición, predecible; y que el Lazio tenía claro por dónde pasaba su partido. Lo interpretaron a la perfección los de Sarri, que arrancaron con mucha fuerza los segundos 45 minutos. Un pase mágico de Luis Alberto dejó solo a Isaksen, pero Neuer evitó el tanto con una gran parada.
Fue el aviso de lo que estaba por llegar. Pocos minutos más tarde, pasada la hora de duelo, llegó el momento clave del partido. Una contra de manual del Lazio que pareció quedar en nada en la frontal. Immobile se enredó con el balón, pero salió adelante, cedió para Isaksen y Upamecano le barrió con una plancha al tobillo.
Tuchel se tapó la cara. Penalti y expulsión. Su duelo se complicaba si el capitán italiano marcaba. Su credibilidad también. Y Ciro Immobile no falló. Con calmá engañó a Neuer y desató la fiesta en Roma. Son días fantásticos para un Immobile que ha recuperado la sonrisa, que marcó su gol número 200 en Serie A y que se encargó de tumbar al Bayern.
Pudo encaminar la eliminatoria Felipe Anderson, pero Min-Jae tapó su disparo. La eliminatoria sigue abierta, pero el Lazio dio un paso de gigante en Roma. Y el Bayernsigue perdido. Todo se decidirá en el Allianz.