El Barcelona celebra este domingo su Asamblea de socios compromisarios y como aperitivo, y podría decirse advertencia, Joan Laporta concedió una extensa entrevista al diario La Vanguardia en la que admitió que el club que se encontró al llegar a la presidencia «está peor de lo que pensaba… Y eso que ya me esperaba una situación muy complicada».
Con todo, el presidente antepuso un discurso optimista en el que solventó su seguridad de “darle la vuelta a la situación” y aseguró que el Barça tendrá “un equipo muy competitivo” con la apiración de ganar la Champions. “Vamos a competir por ganarla; debemos tener el espíritu de la Copa y estar motivados”.
Concedida la entrevista antes de que se hiciera oficial el fichaje de Memphis Depay, Laporta avisó que el club está en condiciones de incorporar más futbolistas (“tres o cuatro más” especificó) y argumentó el fallido fichaje de Wijnaldum en que los jugadores “según a qué edad valoran antes el salario que estar en un club con proyección. Hay clubes Estado que pueden tener a cualquier jugador y les basta con quererlo”.
No sucede, o sucederá, así en el caso de Leo Messi, de cuya continuidad el presidente del Barça se mostró convencido a pesar de que a falta de diez días para el final de su contrato éste no se haya renovado aún. “Hay mucha comunicación, entendemos la posición de la otra parte y sabemos que lo que queremos todos, sí que hay tranquilidad… Aunque me gustaría que fuera cuanto antes mejor porque sería un polo de atracción de algunas operaciones que tenemos bastante a punto”.
“Estamos en comunicación día sí, día no… Él está ilusionado y estoy agradecido por las ganas que pone por quedarse. Y además hicimos la jugada de Agüero, que le repite todos los días que firme ya” bromeó, entendiendo que deberá haber un ajuste de salario porque “en la Liga española hay un fair play financiero mucho más riguroso que en otras. Pero espero que todos pongamos sentido común y se nos permita inscribir a Leo”.
La viabilidad económica del Barcelona está en juego en la Asamblea de este domingo y en ese escenario el coste salarial de la plantilla mantiene muy alerta a Laporta. “Entre salarios y amortizaciones tenemos un gasto de 650 millones de euros, lo que supone una cifra superior a los ingresos totales del club” avisó el dirigente, alertando que estos salarios “en el mercado actual están desfasados” y reconociendo la dificultad de solucionar la situación: “Es difícil llegar a acuerdos con otros clubs porque los salarios de nuestros jugadores son incomparables con los de otros clubs”, por lo que “desgraciadamente habrá pocas ventas”.
El presidente se mostró “muy contento” de su conversación con un Piqué que estaría dispuesto a rebajarse su contrato “mostrando su barcelonismo en estos momentos complicados» y reveló que mantienen «conversaciones con algunos otros”, afirmando que la respuesta de los jugadores “está siendo muy buena”.
Ello no evita, sin embargo, que la situación global del Barcelona sea tan crítica que se deba llevar a cabo un plan de choque contundente. “Nos hemos encontrado una deuda de 1.200 millones de euros y vamos a pedir a la Asamblea que se nos autorice solicitar un crédito de 500 millones para reorganizar esa deuda y poder seguir adelante”.
En todo ello, pedir responsabilidades a los anteriores gestores del club se mantiene en el escenario. “No descarto ninguna acción, pero debe ser efectiva” avisó Laporta, avanzando que su junta se encontró “cosas inesperadas e inexplicables” y escándalos relacionados “con el Barçagate, con el Espai Barça, con asuntos deportivos… Hay muchas cosas que deben explicarse y le voy a pedir a la anterior junta que lo haga; en caso contrario lo haré yo a partir de la auditoría que estamos haciendo”.