Redacción – Mucho se ha hablado de la polémica entre la reportera Jennifer Ravalo y el pugilista búlgaro Kubrat Pulev, quien sin el consentimiento de ella la besó en la boca durante una entrevista que le realizaba en el cuadrilátero tras haber concluido una pelea. El caso es que la periodista anunciaba recientemente que había contratado a una abogada para emprender una acción legal contra el púgil.

Lo que mucha gente no sabe es que la periodista es también un personaje muy popular gracias a su faceta como cocinera, más en concreto, como artista del llamado ‘naked sushi’. De hecho, usa el nombre de ‘Jenny Sushe’ para exhibir, a través de redes sociales, esta técnica de preparar y ofrecer sushi a los invitados con mujeres completamente desnudas, una práctica que se puso muy de moda en Japón y que ha sido trasladada a varios países y que consiste en colocar piezas de sushi en el cuerpo desnudo de una mujer, utilizando su cuerpo como una bandeja.

La periodista será representada legalmente por la abogada de derechos de la mujer Gloria Allred, quien ya solicitó a la Comisión Atlética del Estado de California que investigue a Pulev y suspenda su licencia de boxeo a raíz del incidente con el boxeador Pulev.

Los hechos sucedieron el pasado sábado después de que Pulev noqueó al rumano Bogdan Dinu para conseguir su séptima victoria consecutiva. Ravalo, que trabaja como reportera con el nombre de Jenny SuShe para Las Vegas Sports Daily, le preguntó si creía que con su victoria debería darle una oportunidad al inglés Tyson Fury. En ese momento Pulev respondió que “sí”, luego le sujetó la cabeza y la besó en la boca, de acuerdo con las imágenes del vídeo.

Pulev publicó en Twitter que él y Ravalo son amigos, y que incluso después del incidente ambos se rieron de lo que sucedió en el cuadrilátero. Ravalo dijo que “no supe cómo responder” ante la actitud del boxeador búlgaro. Agregó que “comencé la entrevista y, a la mitad, me agarró la cara y me besó. Me sorprendí, me avergoncé y no supe cómo responder. Luego caminé hacia una mesa para poner mis artículos en una mochila. Llegó él y apretó con ambas manos mi trasero. Luego se alejó sin decirme nada y se echó a reír”, dijo la reportera en una conferencia de prensa. Agregó que “no alenté ni consentí a que el señor Pulev me besara o me agarrase por detrás”.