Julian Nagelsmann es oficialmente nuevo entrenador de la selección de Alemania

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A los 36 años, Julian Nagelsmann alcanza otra dimensión en su espectacular carrera: después de dirigir a Hoffenheim, RB Leipzig y Bayern Múnich, el prodigio de los banquillos alemanes se hará cargo de la selección a nueve meses de organizar la Eurocopa.

A una edad en la que todavía podría ser futbolista, Nagelsmann ha ido quemando etapas a una velocidad increíble.

Entrenador más joven de un equipo de primera división de un gran campeonato europeo a los 28 años, técnico más joven en la Liga de Campeones a los 31 años con el Hoffenheim, entrenador más joven en alcanzar una semifinal de ‘Champions’ a los 33 con el Leipzig… Los récords de Nagelsmann impresionan.

Y pensar que su nombramiento en febrero de 2016 al frente del primer equipo del Hoffenheim, que atravesaba un mal momento en la Bundesliga, fue visto con escepticismo.

“Una idea descabellada”, “un chiste de relaciones públicas”, llegaron a titular los periódicos, puesto que el joven preparador solo tenía en su palmarés un título de campeón de Alemania sub-19.

De hecho, después de ese título, el Bayern de Múnich intentó ficharlo para sus categorías inferiores. Nagelsmann, que apuntaba a lo más alto, lo rechazó.

Sin embargo, no había duda de su deseo de entrenar algún día al conjunto más laureado del fútbol germano. “Estoy muy, muy contento en mi vida y el Bayern me haría quizá todavía más feliz”, lanzaba sonriente en 2017.

Cumplió su sueño, pero solo duró 20 meses en el caliente banquillo bávaro. Fue despedido ante la sorpresa general en marzo de este año cuando su equipo aspiraba a todos los títulos.

Antes, tras evitar el descenso en su primera campaña en la Bundesliga, el preparador nacido en Baviera convirtió al Hoffenheim en el equipo revelación de la campaña 2016-17, consiguiendo contra todo pronóstico el cuarto puesto por detrás de Bayern, Leipzig y Borussia Dortmund.

Pero pronto el Hoffenheim se volvió demasiado pequeño para su ambición. Y en 2019 aceptó una oferta del Leipzig, a quien llevó inmediatamente a las semifinales de la ‘Champions’ y metió dos veces en el podio de la Bundesliga.

Exdefensa de buena estatura (1,90 m), lesionado de gravedad en la rodilla con 20 años y obligado a renunciar a una carrera profesional, Nagelsmann debe a Thomas Tuchel haberlo lanzado, de forma un poco involuntaria, a su trayectoria de entrenador.

El actual técnico del Bayern Múnich -llegó cuando fue despedido Nagelsmann- fue su entrenador en el equipo filial del Augsburgo cuando el entonces defensa se lesionó.

Sin saber qué hacer con él, Tuchel le propuso que estudiara los equipos rivales. “Estoy agradecido a Tuchel por haberme dado la idea de convertirme en entrenador”, ha declarado muchas veces.

Como Tuchel, a Nagelsmann le gusta la presión muy alta y un juego de transición eléctrico, estilo con muchos adeptos en Alemania.

Nagelsmann, con su obsesión táctica, es sin duda más cercano a la filosofía Tuchel o Pep Guardiola que a la de Hansi Flick, el seleccionador despedido, partidario de mayor libertad en el juego.

Quemando etapas a gran velocidad, a Nagelsmann le llega a los 36 años un desafío de enormes dimensiones: Ilusionar a un país con una selección que fue eliminada en la primera ronda del pasado Mundial y que coleccionaba derrotas desde entonces. La solución, en solo nueve meses.