El futbolista brasileño, Dani Alves, acusado de haber abusado sexualmente a una mujer de 23 años en una discoteca de Barcelona, rompió el silencio desde la prisión catalana donde se encuentra detenido hace días.
“Aceptaré lo que venga”, sostuvo, según informó el diario español La Vanguardia.
“Me fui de casa con apenas 15 años. He superado en mi vida situaciones muy difíciles y complicadas. Esta será una más que pasará. No me asusta nada”, señaló, de acuerdo a la publicación española, que aseguró que el futbolista atraviesa sus días en un clima de tranquilidad y sin externalizar demasiadas emociones.
La reconstrucción de los dichos de Alves, advirtió La Vanguardia, surge a partir de múltiples fuentes, oficiales, no oficiales, desde dentro y desde afuera del centro penitenciario de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, donde se encuentra detenido el astro futbolístico.
La última semana, Alves fue trasladado del centro penitenciario Brians 1 a Brians 2, que dispone de celdas individuales con ducha privada. Se trata de una prisión con presos comunes, pero también se alojan allí algunos reclusos preventivos, con un promedio de 80 internos por módulo, mientras que en Brians 1 hay unos 200 por cada uno. Con este cambio, la Justicia evita la filtración de cualquier tipo de imagen de Alves dentro de la prisión. Y el objetivo es “garantizar mejor la seguridad y la convivencia”.
Se pudieron saber algunos detalles de sus primeros días en prisión. Señalan que el jugador se encuentra en estado de shock, sin comer -solo algunos bocados de fruta- y apenas unos sorbos de agua. Además, se mantiene incomunicado, ya que le quitaron su teléfono y no recuerda los números de ninguno de sus seres queridos.
Además, según medios españoles, la jueza decretó prisión condicional para el futbolista, al considerar que presenta un elevado riesgo de fuga, dadas sus capacidades económicas y que reside fuera de España. Además, la magistrada razonó que Brasil no tiene convenios de extradición con España, lo que incrementa el riesgo de que el deportista intente huir de la justicia española y refugiarse en su país de origen.
¿Qué sucedió y cómo sigue la causa?
Dani Alves se encuentra en prisión preventiva por presuntamente agredir sexualmente a una mujer en la discoteca Sutton el 30 de diciembre. La víctima, quien dijo en su declaración que no pretende recibir compensación económica alguna si Dani Alves es condenado, y el jugador han presentado sus declaraciones ante la jueza, pero las del jugador fueron contradictorias.
Es por eso, que el jugador está buscando cambiar de estrategia y de abogado. Hasta ahora, la defensa de Alves sigue en manos de Miraida Wilson, pero ya estuvo en contacto con otros abogados especializados. En su primera declaración el jugador incurrió en distintas contradicciones durante su declaración. En un principio dijo que no conocía a la joven, pero posteriormente afirmó que la relación fue consentida.
En un primer momento, Alves reconoció que la noche del 30 de diciembre estuvo en la discoteca Sutton de Barcelona. Según esa versión suya, esa noche en el VIP del lugar él abrió la puerta del baño y, accidentalmente, se encontró con la víctima en el interior. Pero el viernes, en su declaración, cambió lo que había manifestado y mantuvo, que lo que ocurrió fue consentido.
Sin embargo, este fin de semana, la prensa española supo que las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca Sutton, no concuerdan con ese relato y, además, muestran que Alves y la víctima estuvieron dentro de ese baño alrededor de 15 minutos, un tiempo incompatible con lo relatado por Alves.
Los allegados de Alves, quien niega haber cometido ningún delito, tratan ahora de reestructurar su defensa para interponer un recurso con el que revertir la orden de prisión preventiva que acordó el viernes la jueza “por una causa abierta por delito de agresión sexual” -que en el código penal español comprende la violación-, tal y como había solicitado la Fiscalía.