No hubo ni un atisbo de remontada en el Reale Arena. El PSG, que llegaba con una significativa ventaja tras el 2-0 de la ida, no dio a pie a ningún tipo de especulación y saltó al césped a comerse a la Real Sociedad de principio a fin. Guiados por Mbappé y por un movimiento maestro de Luis Enrique, el conjunto francés fue muy superior al equipo vasco.
El PSG saltó al césped con un movimiento táctico que terminaría siendo clave en el partido. Luis Enrique colocó a Ousmane Dembélé como falso ‘9’, siendo prácticamente un centrocampista más cuando su equipo tenía el balón. El ex del Barça fue un quebradero de cabeza para los defensas de la Real, que no tenían una marca fija mientras el conjunto visitante generaba superioridades en salida de balón con un rombo con Vitinha en la base, Zaire-Emery y Fabián Ruiz en los costados y el propio Dembélé en el vértice superior.
Esto permitió dejar a Barcola como extremo derecho y Kylian Mbappé en la izquierda. Anclado en banda, el jugador estrella del PSG suponía una amenaza constante al espacio, pudiendo atacar a la defensa rival con sus desmarques de ruptura en diagonal o bien con sus condiciones de balón.
La Real Sociedad estuvo superada desde el primer momento a todos los niveles. Físicamente, los jugadores del PSG ganaban todos los duelos, técnicamente, los de Alguacil tuvieron errores impropios y psicológicamente, parecían no tener esperanzas de remontar.
La posición de Dembélé imposibilitó que el equipo vasco pudiera robar balón alguno en zona peligrosa, mientras que en campo rival Mbappé, liberado partiendo desde la banda, era un ciclón con su velocidad. Apenas habían pasado 10 minutos de partido cuando Barcola pudo hacer el primero tras una gran jugada de Kylian, que se comió a Traoré con su aceleración. Remiro evitó el gol de manera milagrosa, pero solo era el preámbulo de lo que vendría a continuación.
Antes de llegar al cuarto de hora, Dembélé recogió un balón en la zona del centro del campo, condujo unos metros y puso un balón en profundidad para Mbappé. El de Bondy encaró a Zubeldia y Traoré y dejó completamente ‘rotos’ a los dos con un doble amago, antes de lanzar un preciso disparo al palo largo que rompió la red de manera literal.