El Atlético de Madrid ganó al Cádiz (2-1) con goles de Joao Félix y De Paul, en un encuentro en el que el cuadro andaluz, que empató por medio de Negredo, mereció más. Discreta actuación de los colchoneros, que dieron un paso atrás en el juego, pero que mantienen la buena dinámica de resultados antes de visitar al Manchester United en la vuelta de los octavos de final de la Champion League.
Y eso que el inicio hacía presagiar una noche plácida en el Metropolitano. Porque Ledesma hizo un regalo a Joao Félix que el portugués no desaprovechó. Le dio el balón el argentino al luso, que presionaba. Lo recogió y disparó a puerta engañando al portero para poner el 1-0. Era el minuto 3. Otra vez abría la lata al inicio. La actitud del equipo era buena. Salió a por el partido. Y se encontró con un gol. Teniendo el martes al Manchester United, lo lógico sería haber seguido así y tratar de matar el partido antes del descanso. Pero no…
Porque los vicios son los vicios. Y este Atlético no los deja. Se echó atrás. Reculó. Dio el balón al Cádiz y perdió por completo el control del centro del campo, a pesar de que sobre el papel, debían tener superioridad ahí. Lo que pasó, claro está, es que el cuadro andaluz, que viene haciendo bien las cosas, aprovechó este otro regalo de los colchoneros.
Crecieron los de Sergio, con el esférico y sin él. Primero avisó el Pacha Espino. Luego Negredo. Y después Sobrino. Koke, Herrera y De Paul, es decir, el centro del campo del Atlético, naufragaba bajo la lluvia. Cuando no veían el balón pasar por arriba, fallaban cuando lo tenían. Se los comía el Cádiz, con sólo dos mediocentros (Alcaraz y San Emeterio) pero con la ayuda del resto. Griezmann, que volvía a la titularidad 15 partidos después. ni la olía.
El primer gran susto llegó en el 40′, cuando González Fuertes expulsó con roja directa a Reinildo por una entrada con los dos pies por delante a Alcaraz. Por suerte para los rojiblancos, le avisaron desde el VAR de que no había sido para tanto. Le rozó. Y se desdijo el asturiano, para dejarlo en amarilla. Si le hubiese dado de lleno…
El segundo susto llegó antes del descanso. Con un balón al área del Pacha Espino que cabeceó Negredo entre Giménez y Reinildo, que acostumbra a salir en las fotos de los goles en contra. El testarazo fue perfecto, lejos del alcance de Oblak. Se veía venir. Merecido para ambos equipos. Descanso.
Simeone dejó en el vestuario a Koke, que reaparecía tras lesión, y metió a Lodi. Carrasco pasó a la derecha y Llorente al centro del campo. Parecía mejorar algo el Atlético, pero seguía sin tener el control. Idrissi se encontró con Oblak en el primer disparo a puerta del segundo acto. Seguía sin carburar el cuadro rojiblanco. Y más cambios. Griezmann y Carrasco, al banquillo. Suárez y Correa, al campo. Llorente, otra vez al carril derecho.
Era el minuto 67 cuando el Atlético decidió que ya era hora de tratar de combinar alguna vez y potenciar lo que sabe que le funciona. Abrió Giménez para Llorente. Pared con Correa, que no se pierde un partido ni aunque no entrene en toda la semana con el tobillo de aquella manera. Dejada de Suárez, disparo del argentino y el rechace lo mandó a la red De Paul. No era tan difícil. O no debería serlo.
Y LLEGÓ EL SEGUNDO
Sin merecerlo, el Atlético volvía a ir por delante. Estaba por ver si habría de nuevo el temido paso atrás. Antes de comprobarlo, Oblak la pifió en una salida para dejar el balón muerto a Luis Hernández, que la mandó a gol. Pero Giménez, sobre la línea, evitó el empate. La acción espoleó al Cádiz, que metía atrás a los colchoneros por momentos. Se repetía el guion del primer acto. Volvía a mandar el equipo de Sergio, dueño y señor del balón.
Agotó cambios el Cholo, reforzando el medio con Javi Serrano, que entró por Joao, y para cuidar a Giménez, con alguna molestia, saliendo Felipe en su lugar. Quedaban diez minutos. Lodi estaba malherido tras una entrada de Akapo que no fue ni amarilla. Javi Serrano vio la roja directa por una entrada sobre Álex que no la merecía. Se quedaba con diez (o con nueve y medio con el estado de Lodi). A sufrir. Simeone arengaba a la grada. Y la gente respondía. Aquí sí supo jugar el Atlético. A que no se jugara, básicamente. Y no el Cádiz. Se acabó. Ganó el conjunto colchonero, pero dando un paso atrás. Veremos el martes en Manchester.