Bayern Múnich fue eliminado de la Copa de Alemania por el Friburgo

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Con un gol de penalti de Lucas Höler en el minuto 95, el Friburgo derrotó al Bayern por 1-2 en los cuartos de finales de la Copa de Alemania para pasar a semifinales y dejar por fuera del torneo al gran favorito.

La victoria del Friburgo fue agónica, con un penalti marcado por Höler en el tercer minuto del tiempo añadido.

El Friburgo salió en plan de cerrar el centro del campo lo que le dio dificultades al Bayern que, pese a tener una clara superioridad en cuanto a posesión del pelota, no encontraba el camino para generar frecuentes jugadas de área. La primera llegada se dio en el minuto 12, con un remate desviado de Leroy Sané desde fuera del área.

Luego, en el 19, Joan Cancelo le metió un gran pase al área a Sané, cuyo centro, que buscaba a Choupo Moting, fue desviado a saque de esquina. En la jugada de estrategia llegó el gol del Bayern. Joshua Kimmich centró al segundo poste donde se levantó Dayot Upamecano para marcar de cabeza.

Los jugadores del Friburgo reclamaron falta al entender que Upamecano se había apoyado en Maximilian Eggenstein, pero al árbitro central no le pareció suficiente para invalidar la jugada.

Hasta el momento del gol el Friburgo se había limitado a defender, pero al verse en desventaja mostró más atrevimiento. En el 25 tuvo una buena situación de área que, sin embargo, al final terminó en un remate de cabeza inofensivo de Gregortish.

En el 28 llegó el empate. El Bayern sacó un balón de su propia área, era una fase de presión del Friburgo, pero el rebote le quedó a Nicolas Höfler, que marcó con un remate de zurda desde fuera del área ente el que Yann Sommer nada pudo hacer.

Al Bayern le faltaba claridad en la mayoría de las jugadas ofensivas, pese a lo cual generó varias llegadas antes del descanso, la mejor, un remate de Müller ya en el 45 ante el defensa Mathias Ginter evitó el gol cuando ya el meta Mark Flekken estaba batido.

En la segunda parte hubo una fase en la que el Bayern terminó poniendo al Friburgo en su propia mitad y a medida que pasaron los minutos la presión fue aumento sin que, sin embargo, abundasen las ocasiones claras. Una excepción fue un cabezazo al larguero de Benjamin Pavard en el 62. Lo siguiente verdaderamente peligroso fue un remate desviado de Serge Gnabry en el 89.