Redacción – Un domingo más, el Barça sufrió para sumar tres puntos en la Liga. Ganó en Girona, en un Montilivi hostil, que creyó por momentos en la posibilidad de tumbar al Barça. Un Ter Stegen sensacional mantuvo a raya los ataques del Girona, que acabó con diez, y delante Messi, pese a un partido complicado y no muy lucido, dirigió las maniobras para sumar tres puntos vitales. Logró el 0-2, decisivo, después de que un sorprendente Semedo avanzase a los de Valverde, y dejó para los aficionados locales varias jugadas espléndidas.
Leo no había conseguido marcar en Montilivi. Sin estar especialmente acertado, el argentino arrancó esa espinita de su historial. Marcó el tanto que cerraba el partido en un contexto hostil. Con el campo del Girona chillándole e insultándole, culpándole de la patada que Luis Suárez recibió, por detrás, al tobillo, del central Bernardo teniendo tarjeta, jugada que dejó al Girona con diez, además. Tarjeta clarísima y pitos inmerecidos para Leo.
Sin complejos, el Girona salió a darse una opción de sacar un buen resultado ante el Barça y forzó ocasiones muy peligrosas tras pérdidas de Arturo Vidal o Sergio Busquets, en un centro del campo barcelonista con demasiadas imprecisiones a pesar de la relativa comodidad que en principio tenía que dar al Barça el 0-1 del marcador y la superioridad táctica que lograba con la presencia de Messi entre líneas.
Leo fue el arquitecto del juego de ataque del Barça. Generó las mejores ocasiones, forzó una falta peligrosa al borde del área que no pudo transformar, se prodigó en transiciones defensivas y dio a Coutinho el 0-2, que no pudo aprovechar. De las botas del crack barcelonista, nació la jugada del primer gol, de autoría más que sorprendente: fue Semedo quien abrió el marcador.
Tras una jugada colectiva larga del Barça en la frontal del área y ante una defensa muy poco resolutiva a la hora de rechazar, Suárez alargó un centro que, tras varios movimientos extraños, llegó al lateral portugués, que puso el 0-1 con la izquierda.
Poco después, en los minutos de mejor control barcelonista, Coutinho desperdició, solo ante Bono y tras una buena diagonal, un magistral pase vertical de Messi.
El Barça había perdonado y el Girona se sacudió el impacto anímico del marcador, al amparo de una afición que le dio un impulso extra mientras el Barça gripaba. Las internadas por la izquierda de Valery (que en defensa había estado blando en el gol de Semedo) o de Pedro Porro por el carril derecho comenzaron a generar peligro. Ter Stegen despejó con el pecho un remate del central Bernardo que se envenenaba y el meta alemán sacó prodigiosamente un remate de Stuani tras error garrafal de Busquets en el eje. Piqué salvó bajo los palos el remate de Pere Pons tras el rechace.
Inmediatamente después de que Ter Stegen volviese a salvar al Barça ante Stuani al inicio del segundo tiempo, el Girona se quedó con diez por una patada por detrás de Bernardo, que tenía amarilla y ya en la primera parte había cortado en falta un avance del Barça a Suárez, mientras por el centro del campo Messi trataba de zafarse de los agarrones de varios futbolistas. Montilivi, de manera injustificada, se cebó en Leo, que había protestado airadamente las faltas continuas del centro del campo del Girona.
Y Messi, insultado por la gente de Girona a pleno pulmón, se dio el gustazo de marcar, en una jugada veloz, iniciada por un pase larguísimo de Ter Stegen buscando espacio. Bajó el balón Suárez, que recibió falta de Juanpe, buscando a Jordi Alba y nueva asistencia del de L’Hospitalet a Messi, que resolvió sutilmente.