Redacción – Saúl Ñíguez con sólo 23 años está dando de qué hablar en la selección de Luis Enrique y eso ha llamado la atención al Barcelona.
El Barça está pensando en el posible fichaje del jugador del Atlético de Madrid desde que en 2013, a raíz del traspaso de David Villa al Atlético, se aseguró un derecho de tanteo que hoy sigue vigente. De hecho, lo estará mientras Saúl permanezca en el Atlético.
Ese cierto control que conserva el Barça sobre Saúl consiste en que si un día aparece un equipo y ofrece al Atlético una cifra que le convenza, desde el Metropolitano estarán obligados a informar al palco del Camp Nou y, en caso de que el club azulgrana iguale la oferta, Saúl acabaría en el Camp Nou.
Hace cinco años, cuando el Barça vendió a Villa al Atlético, el entonces vicepresidente culé Josep Maria Bartomeu habló de una operación con ‘pros’ y ‘contras’ y entre los ‘pros’ subrayó “un derecho preferencial” sobre “dos jóvenes del Atlético”. No citó nombres, pero uno de ellos era el lateral Javier Manquillo y el otro, Saúl.
La gran calidad de Saúl siempre ha sido valorada en el Barça, aunque no responda fielmente al perfil de centrocampista posicional que marca la ortodoxia del modelo futbolístico culé. El ilicitano estuvo varias veces en la agenda azulgrana. La última fue una de las más decididas. El Barça se había quedado sin Neymar y quiso llenar su hueco con varios nombres, uno de ellos el de Saúl.
La cláusula de Saúl ha pasado en dos años de 45 a esos 150 millones que, tal y como está el mercado, tampoco son garantía de nada. Si acaso, la mejor garantía que tiene hoy el Atlético respecto a Saúl es su fidelidad al club, que ratificó al firmar en 2017 hasta 2026, y el potencial de la plantilla del ‘Cholo’ Simeone. Saúl siempre ha dicho que quiere “crecer con el Atlético” y que cuando vea que es necesario un cambio se lo comunicará a su club en primera instancia. En ese momento, el Barça tendrá voz y, más importante todavía, tendrá voto.