El Barcelona está reñido con la tranquilidad. Ya sea por su juego, por su falta de contundencia, por ambas cosas o, también, por errores puntuales en el arbitraje (la ausencia de VAR influyó), el equipo de Xavi no recuerda un partido ganado con solvencia en el marcador. Este lunes estará en el sorteo de los octavos de final de la Copa del Rey… Pero en Barbastro pasó un mal rato, se diría que sin necesidad.
Cerró su clasificación con una victoria, otra, ajustadísima en el marcador (2-3) después de un penalti más que dudoso, en tiempo añadido, de Fermín y que transformó Marc Prat para convertir el desemboque de su estreno copero en una carrera contra el tiempo. Si no mucho antes Lewandowski, también de penalti (y este bastante evidente) había puesto un 1-3 que parecía acabar con las dudas, estas no se cerraron hasta el último suspiro. Por extraño que pareciera.
Un gol mal anulado a Joao Félix en la recta final del primer tiempo le impidió irse al descanso con un lógico y claro 0-2 a su favor en el marcador. Y un gol en posible fuera de juego y precedido por una mano ostensible de un delantero local le dio vida al animoso Barbastro, cuando no mucho antes Raphinha había logrado ese 0-2 que se entendía, en ese momento, prácticamente definitorio. Y ya solo faltó el penalti de Fermín en un salto que no parecía tener nada de punible, para darle una emoción falseada a la eliminatoria.
Y eso que de entrada no dio la sensación de que al Barça le fuera a costar tanto imponer la lógica. Le costó 18 minutos romper la igualada, con un gol de Fermín a bocajarro y asistido por Raphinha en un momento que ya se sospechaba claramente que la victoria debía caer de su lado. Y es que contrariamente a muchos partidos de esta temporada el equipo azulgrana entró al partido con una intensidad absoluta, con una alineación de primer orden y decidido a no dejarse sorprender por la ilusión de un rival tan entregado al sueño como consciente, desde el principio, a que se enfrentaba a una misión imposible.
La primera mitad, con mínimas respuestas en ataque del Barbastro, fue poco menos que un monólogo del Barça, que pudo, y debió, llegar al descanso con 0-2 tras el gol de Fermín de no haberse anulado erróneamente una diana a Joao Félix. Ese 0-2 llegó por medio de Raphinha ya en la segunda parte y cuando más sosegada transcurría la noche llegó el 1-2 anotado por De Mesa, probablemente en fuera de juego y tras recoger el balón en un rechace ofensivo con el brazo.
No hay manera de redondear un partido con calma, menos con contundencia, para este Barça que a partir del 1-2 se encontró en un escenario tan inesperado como incómodo. Tanto que Xavi echó mano primero de Vitor Roque y después de pesos pesados como Ilkay Gündogan y Robert Lewandowski para sentenciar.
Sin brillo, pero con galones, se fue adelante y pareció consumar su pase con la tranquilidad que le dio el 1-3 marcado por el polaco… Pero otro penalti, insólito, le obligó a sufrir cuatro minutos finales impensables.
Ganó… Otra vez por la mínima para no perder la costumbre y estará en los octavos de final de una Copa en la que la ausencia del VAR le dio otro sabor probablemente olvidado.
Y una victoria, ojo, que no es extraña en sus primeras apariciones en la Copa. Porque sufrió tal y como lo ha hecho siempre en los últimos tiempos.
Y es que al Barça, desde que la Copa del Rey recuperó el sistema de eliminatorias a partido único en la temporada 2019-20, nunca le ha resultado fácil (al contrario) superar su estreno. En estas cuatro últimas temporadas se clasificó ante equipos de tercera categoría y siempre lo hizo sufriendo. En dos de ellas no resolvió su pase hasta la prórroga y en otra logró la victoria en el tiempo de alargue.
En la temporada 2019-20 debutó visitando al Ibiza, en ese momento tercer clasificado del primer grupo de 2ª División B. El equipo balear llegaba al choque con una racha de nueve partidos sin conocer la derrota (siete victorias y dos empates) mientras en el Barça acababa de estrenarse en el banquillo Quique Setién en sustitución del despedido Ernesto Valverde. El partido se lo llevó el conjunto azulgrana por 1-2, anotando el gol de la victoria Antoine Griezmann en el minuto 94 después de que en el 72 el mismo delantero francés hubiera igualado el inicial 1-0 de Caballé en la primera parte.
Un año después, con Ronald Koeman en el banquillo, el Barça se emparejó de entrada con el Cornellà, también de 2ª División B. El equipo azulgrana, que afrontó el partido cuatro días después de perder la final de la Supercopa de España frente al Athletic de Bilbao en Arabia Saudí, no solventó su clasificación (0-2) hasta la prórroga gracias a sendos goles de Dembélé y Braithwaite. Durante el partido Ramón Juan, portero local, atajó dos penaltis a Pjanic y Dembélé.
No fue tampoco mucho más placentero el debut en la temporada 2021-22. Ya con Xavi como entrenador en plena recuperación desde que había tomado el equipo un mes y medio antes, visitó en enero de 2022 al Linares, en ese momento 12º clasificado en el grupo II de Primera Federación. A los 19 minutos se avanzó el cuadro andaluz por medio de Hugo Díaz y no fue hasta la segunda mitad que le dio la vuelta el Barça con los goles de Dembélé (63′) y Jutglà seis minutos después, llevándose la victoria por la mínima y con el Linares apretando en el área de Neto hasta el último suspiro.
Por fin, el pasado curso el conjunto azulgrana estrenó el año 2023 visitando en Alicante al Intercity, en ese momento en puestos de descenso en el grupo II de Primera Federación… y que le puso también muy difíciles las cosas. Ganó el Barça por 3-4 en la prórroga con un gol final de Ansu Fati en el minuto 103 después de que un hat-trick de Oriol Soldevila (antiguo canterano azulgrana) hubiera servido para igualar cada ventaja del equipo de Xavi.
Desde Ibiza y hasta Barbastro. Nada ha cambiado en los estrenos de Copa para el Barça.