Concacaf destaca a los hermanos Michael y Shirley Perelló por hacer historia en los JJOO de Tokio

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No sucede todo el tiempo, pero en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, dos hermanos hondureños hicieron historia en convertirse en los primeros en participar Michael como jugador y Shirley como árbitro asistente de fútbol.

Shirley Perelló de 35 años representó a Honduras como árbitro asistente y su hermano Michael de 23 lo hizo como guardameta, la primera llegó hasta las semifinales del torneo donde estuvo presente en el decisivo partido entre Suecia y Australia, su hermano se despidió en la fase de grupos.

Tanto Shirley y Michael no compartieron sede en Tokio, sin embargo, los dos, tienen una rica historia en el fútbol, ella como árbitro asistente y él, como guardameta que ha recorrido todas las categorías con la selecciones juveniles hasta llegar a los Juegos Olímpicos donde él mismo publicó en sus redes sociales “Hasta aquí llegó mi ciclo con las selecciones menores de Honduras”.

La carrera de Shirlley oficial internacional de la FIFA desde 2008, también tiene un gran palmarés en participaciones internacionales como mundiales juveniles de la FIFA, Copa Mundial femeinina de la FIFA y Juegos Olímpicos.

UNA FAMILIA DE DEPORTISTAS

Leticia López y Sergio Perelló procrearon seis hijos, a todos les gustó el deporte y más el arbitraje porque mientras crecían observaban como a su padre le gustaba dirigir algunos  partidos de futbol y a su madre, logró a practicarlo.

Shirley Perelló y su hermano Michael en un partido de la Liga Nacional en Honduras

Shirley Susana Perelló y su hermano Michael en un partido de la Liga Nacional en Honduras (Foto Facebook Michael Perelló)

El pequeño de los Perelló

Michael cumplió 23 años el 11 de julio  y los celebró con la delegación en Japón  y asegura que aunque ahora la familia no pueda dusfrutar juntos,  siempre han sido muy unidos y así se mantienen a pesar de la distancia.

Desde pequeño le gustó el fútbol. A los 9 años su papá lo llevó a la academia de Morelia, siempre en Puerto Cortés y le gustó ser portero. Le llamaba la atención los guantes y recuerda que desde que llegaba al campo siempre buscaba el arco.

A los 13 años comenzó a entrenarse con las divisiones menores del plantel de Platense de la Primera División de Honduras y los fines de semana jugaba para las ligas menores de Anguilas, hasta que Platense, primer campeón de Honduras le ofreció un contrato un año después.

Fue así como llegó su primer llamado a la Selección Sub-15 donde comenzó su proceso con la selección de Honduras que lo ha llevado hasta los Juegos Olímpicos, pero antes ya había participado en el Mundial Sub-17 en Chile 2015 y en el Mundial Sub-20 de Corea del Sur en 2017; así como en los Juegos Centroamericanos de Nicaragua, medallista de oro, y las Clasificatorias Olímpicias en donde ganaron el pase a Tokio después de finalizar en segundo lugar en Guadalajara, México.

Como juvenil, lo contrató el CD Marathón, pero seguía viviendo en Puerto Cortés, por lo que debía viajar todos los días a San Pedro Sula y para poder continuar con el fútbol tenía que cumplir una regla en casa: “aquí nadie deja de estudiar”, le recordaba su padre constantemente, por lo que Michael no bajaba el promedio de calificaciones.

En el 2017 después de ganar la medalla de oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Nicaragua, le llegó la oferta de firmar con el Real España, su equipo actual. Aunque la competencia es dura en esa posición y ha tenido poca participación, el joven guardameta reconoce que existe mucho apoyo entre sus colegas de posición en el club y que son muy unidos.

“En el equipo el portero titular es Luis López (el titular con Honduras en la Copa Oro) y todos aprendemos de él. Por el momento él es el estelar y lo apoyaremos siempre”, manifestó Michael desde Japón.

Michael Perelló a la izquierda, con toda la delegación de Honduras en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Su debut en los Olímpicos

El portero se encontraba entre las reservas y al medio tiempo su entrenador Miguel Falero, le anunció que tendría que ingresar en el segundo tiempo, pues su compañero Álex Guity se había lesionado. Perelló inició la segunda mitad contra Rumania, partido que terminó en una derrota por un gol a cero.

Michael reconoce que vivió varios sentimientos cuando le anunciaron que jugaría, pues su último partido con la Selección había sido en los Juegos Centroamericanos del 2017. “La primera pelota que tomé me ayudó para estar bien en el resto del partido. Aunque perdimos sabemos que vendrán muchas cosas buenas”.

Además del fútbol, el guardameta estudia Educación Física y Leyes. Por lo que el tiempo libre lo invierte en la Universidad, pues confiesa “es un esfuerzo para el futuro”. También es un apasionado de la astronomía.

Le gusta leer libros y en Japón aprovechó para adquirir algunos cohetes u otros objetos coleccionables. “Ir a la Nasa sería un sueño. Saber de astronomía es algo que siempre me ha gustado mucho”, confesó Michael.

Michael Perelló al final del partido contra Rumania en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Una mujer luchadora y ejemplar

Shirley ha vivido momentos difíciles en su vida, pero eso la ha hecho una guerrera. Es la segunda de los seis hermanos y desde pequeña acompañó a su papá para observar cómo dirigía un partido, mientras su mamá jugaba en el equipo Roma.

Aunque sus inicios se dieron en el fútbol, conforme pasaron los años decidió ya no ser delantera para convertirse en árbitro. En el 2010 salió campeona con el equipo Gatorade y fue la goleadora de su equipo.

En una ocasión estaba en el Estadio Olímpico y observó a los árbitros en pruebas físicas y le preguntaron si le gustaría esa profesión, pero en ese momento no lo consideró. Unos años más tarde formó parte del proceso de árbitros en proyección, en la filial de Puerto Cortés, su ciudad natal.

Aunque comenzó dirigiendo en partidos de niños poco a poco escaló hasta llegar a la Segunda División hasta que finalmente pudo llegar a la Primera División, en donde está a dos partidos para sumar  100 partidos como árbitro asistente.

En el 2008 recibió su carné como árbitro internacional de la FIFA y desde entonces no ha dejado de estar en los torneos más importantes. Los Juegos Olímpicos de Tokio son sus segundos, antes lo hizo en Londres 2012 y participó en cuatro encuentros.

Shirley Perelló a la derecha acompaña a la oficial hondureña Melissa Borjas Pastrana (centro) y Chantal Boudreau de Canadá antes del partido China vs Zamabia el 24 de julio, 2021 en el Estadio Migayi, Japòn.

Aunque ha sido operada de meniscos (2010) y ligamentos cruzados (2012), Shirley, logró recuperarse para poder asistir a dos Mundiales Sub-17 (Trinidad y Tobago 2010 y Azerbayan 2012), tres Mundiales Sub-20 (Canadá 2014, Papua 2016 y Francia 2018) y dos Mundiales mayores (Canadá 2015 y Francia 2019), además de los Juegos Centroamericanos y Panamericanos. Ahora uno de sus objetivos es poder llegar a ser electa como oficial en partidos en la Liga de Campeones de la Concacaf Scotiabank y se prepara para las pruebas del Mundial Femenino mayor de Australia 2024.

Un duro golpe familiar

Tanto Michael como Shirley, vivieron uno de los golpes más duros en su vida. En el 2013 falleció su mamá de un infarto mientras jugaba un partido de fútbol. Michael, tenía 15 años, y Shirley la observaba en los graderíos con siete meses de gestación; en el campo estaba la hermana mayor, quien jugaba como portera, y su padre, quien las entrenaba. Todos entraron en shock.

Ha sido una de las pruebas más complicadas en la vida de ambos. Shirley no logra evitar ponerse triste ni que su voz se entrecorte cuando recuerde ese 8 de diciembre del 2013, cuando les tocó despedirse de su mamá, quien siempre los apoyó e impulsó en alcanzar sus sueños.

Michael Perelló honró la memoria de madre fallecida Leticia López y la de su padre, Sergio Perelló utilizando los guantes con los que utilizó en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Una complicación en su embarazo por lo que estaba viviendo hizo que su hija, Leticia (se llama igual que su mamá), naciera a los 7 meses (30 de diciembre) después de cinco días en reposo absoluto en el hospital.

Conforme fue creciendo su hija, Leticia, quien se convirtió en su principal motivación para salir adelante, junto a su esposo debieron enfrentar que a su pequeña le costaba caminar y por ello la han operado dos veces del talón de Aquiles, pero con fe y amor, ahora a sus 7 años ya ha empezado a practicar ballet y cada vez que sonríe le recuerda a su mamá. “Son iguales, ella llegó en lugar de mi madre”, asegura.

“He pasado por muchas pruebas duras que las he sabido asimilar. Todo lo he tomado como retos para salir adelante. Es muy satisfactorio lograr cumplir sueños para corresponderles a mis padres por todo lo que nos enseñaron”, reconoce Shirley, quien además de ser madre, esposa y árbitra también trabaja en una empresa Portuaria en Puerto Cortés.

La familia Perelló es muy unida y los hermanos que se encuentran en Honduras, y su padre, quien vive en Canadá, siguen a Michael y Shirley desde lejos y no importa si les toca madrugar o desvelarse, pues que ellos estén en Tokio los llena de orgullo. Sin duda a su regreso se reunirán en la casa de Sharon, la mayor, para festejar y volver a compartir una baleada y escuchar anécdotas de Japón, mientras los seis nietos corren y juegan sin parar.

A la izquierda, la cuarto oficial Lucila Venegas (México) Shirley Perelló (Honduras), Melissa Borjas Pastrana (Honduras) y Chantal Boudreau (Canadá) previo al partido China vs Zambia el 24 de julio, 2021.