El Barcelona logró una importante victoria 1-0 ante el Valladolid para depender de si mismo en la lucha por el título de la liga de España.
Dembélé, cuando ya se miraba el minuto 90 en el luminoso, le dio al equipo azulgrana una victoria de oro para colocarse a un punto del Atlético de Madrid tras romper el encanto de un Valladolid que abrazó la sorpresa durante todo el partido.
Se le atragantó el equipo pucelano al Barça de mala manera, completando el equipo azulgrana el peor partido de los últimos meses, sin apenas ocasiones hasta que el francés, tras un centro de De Jong que tocó de costado Araújo, resolvió con una volea salvadora. Ya está el Barça mirando el cogote del líder… Y eso que no fue, para nada, fácil. Todo lo contrario.
Víctima de la euforia que rodeaba el ambiente, al equipo de Koeman le sentó fatal el parón de selecciones, enfrentándose a un partido incómodo como no pudo ni sospechar, tan agobiado por la frescura y atrevimiento del Valladolid como por su propio sopor, incapaz de darle al juego el ritmo reclamado por el entrenador y sin saber encontrar hueco en la segura defensa rival.
De hecho tardó el Barça hasta 40 minutos en poner verdaderamente en problemas a Masip, con un disparo raso de Messi que bloqueó desde el suelo Bruno González, poco antes de que, en su mejor y única ocasión franca de gol el disparo de Pedri lo desviara lo justo el portero para que el balón acabase estrellándose en el palo.
Fueron las dos únicas veces que el Barça abrazó la opción de adelantarse en el marcador y que respondió con tan poco tino a la ocasión que, de entrada, había tenido el equipo de Sergio, cuando a los ocho minutos Kodro remató de cabeza al travesaño de Ter Stegen.
Sin ritmo, sin colocación y sin fluidez en su fútbol, el equipo azulgrana se marchó al descanso con una preocupación evidente y la necesidad de recuperar sensaciones en el segundo tiempo, al que acudió con el discurso de Messi en el túnel de vestuarios.
«Esto hay sacarlo como sea. Tenemos que darle una marcha más, si no se nos va a complicar» avisó el capitán a sus compañeros antes de regresar al terreno de juego… Donde, sin embargo, las sensaciones apenas si cambiaron.
Varió Koeman el sistema, avanzando a De Jong, reorganizando al equipo y mostrando una leve mejoría que, sin embargo, apenas si sorprendió al Valladolid, más atrasado en su colocación pero tan firme como en el primer acto. Y sin olvidarse de buscar una contra, como la que ofreció la ocasión a Olaza que disparó fuera por poco antes de que Masip se luciera ante Dembélé…
Cada vez más atolondrado e inseguro el Barça se entregó a una presión sin cuartel, sin organización y sin paciencia, con la entrada de Trincao y Braithwaite primero o Ilaix después en busca de revolucionar un partido que entró en la recta final con la expulsión de Óscar Plano y el Valladolid empezando a abrazar la sorpresa.
Y lo hizo el equipo de Sergio hasta el último suspiro, hasta que un centro de Frenkie de Jong lo tocó de cabeza Araújo hacia un lado y apareció Dembélé, el más revoltoso de todos, para sentenciar con un obús cercano, en el vértice del área pequeña, que le dio una victoria de oro al Barça en su noche más incómoda.